Este 11 de septiembre de 2023 Chile conmemora 50 años del golpe de Estado que diera lugar a una dictadura instaurada por la vía militar bajo la dirección de Augusto Pinochet y que duraría 17 años — un periodo caracterizado por violaciones a los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad y un modelo económico neoliberal.
Ese mismo año un grupo de personas también rescataron una parte importante de la memoria audiovisual latinoamericana. Acometieron acciones de clasificación, salvataje y disuasión de las fuerzas militares, con lo que lograron sacar del país en barco el material de negativos fílmicos con registros de los acontecimientos históricos que cineastas habían logrado capturar con sus equipos de cine, en medio de mucha incertidumbre política y social.
Unos jóvenes cineastas de entre 20 y 30 años decidieron registrar la epopeya en audio y video. El equipo estaba conformado por Patricio Guzmán (Director), Jorge Müller (Camarógrafo y director de fotografía), Bernardo Menz (Ingeniero de sonido), Federico Elton (Jefe de producción), José Juan Bartolomé (primer ayudante de producción) y Guillermo Cahn (segundo ayudante de dirección).
Foto de archivo de Armindo Cardoso (1973), de acceso en línea en la Biblioteca Nacional Digital de Chile. De izquierda a derecha, Jorge Müller, director de fotografía, detenido desaparecido; Patricio Guzmán, (sentado en el suelo) realizador; Federico Elton, Jefe de Producción; José Bartolomé, Asistente de Realización y Bernardo Menz, Ingeniero de Sonido.
El rodaje duró un año entero en Santiago y en algunas provincias del sur y el norte. En palabras de su director que relata en las memorias de este filme:
Esta película fue para nosotros mucho más que una película: maduramos, crecimos, lloramos y gritamos, nos desarrollamos juntos con ella. Comprendimos cómo era la vida colectiva, los actos de miles de chilenos: el valor de los que no tenían casi nada y que levantaban los brazos. Pudimos filmar —y sobre todo entender— el momento en que la vida cotidiana se convierte en vida política, o viceversa.
El rodaje inicia el día 20 de febrero de 1973, un poco más de dos años desde el el triunfo popular de Salvador Allende en 1970 como presidente de Chile. Ese momento significó la posibilidad de un proceso de transformación pacífica y constitucional que prometía un programa social progresista; existía un entusiasmo social.
Después de meses de gestión para conseguir cintas positivas debido a las restricciones comerciales que estaba sufriendo el país por parte de Estados Unidos, obtienen el material fílmico gracias al cineasta Chris Marker que desde el extranjero las consiguió e hizo llegar. Habían aproximadamente 18 horas disponibles para filmar.
El gobierno de Salvador Allende terminó abruptamente mediante un golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973 con lo que acabó el gobierno de la Unidad Popular y también finalizó el rodaje de La batalla de Chile, la lucha de un pueblo sin armas. Los jóvenes decidieron que lo mejor era dejar de filmar y así salvaguardar el material que ya habían logrado, pues corrían un gran riesgo. Además, el limitado material negativo se terminó y no hubieran podido seguir filmando.
Antes y después de la caída de Allende se dieron allanamientos. Uno de estos tuvo lugar en la casa del director Patricio Guzmán, después de que fuera detenido y llevado preso. Los militares entraron con fusiles y ametralladoras a su casa y ahí Paloma Urzúa Theoduloz, su entonces esposa, les disuade y confunde. Con ella se encontraban sus hijas Andrea y Camila. Relata en primera persona, dentro de las memorias del documental.
Fui a mi dormitorio a buscar las llaves. Regresé y abrí el baúl grande, donde había muchos rollos de negativos de los cortos publicitarios que había hecho Patricio en España. Había muchos ejemplares de las revistas Punto Final y Chile Hoy, más algunos ejemplares del diario El Mercurio.
Les hizo creer que se habían llevado el material del documental, lo que permitió salvaguardar las últimas 10 latas de la Batalla de Chile que estaban con ella y así ganar tiempo para mover el resto del material que se encontraba en casa de Ignacio Valenzuela, tío de Patricio Guzmán, a la embajada Sueca.
El embajador sueco Harald Edelstan puso a su disposición las instalaciones de la embajada y transporte, quien pocos días después fue declarado «persona no grata». Los materiales llegaron hasta aquella embajada sueca gracias a las gestiones de su trabajadora Lilian Indseth, Paloma Urzúa Theoduloz, Gastón Ancelovici, el tío Ignacio de Patricio quien resguardaba el archivo, Federico de Eltón Aguirre y Jaime quién sacó las últimas cintas de rodaje de la casa de Patricio en una bolsa con lechugas y jitomates para pasar los controles de la guardia que vigilaba la casa.
Después de muchos tropiezos, las cintas de video y audio llegaron al puerto de Valparaiso. Cuenta Ignacio:
Ya en Valparaiso los militares no querían permitir que se subiera el material, porque era mucho material. Felizmente bajó el capitán del barco y se impuso, y dio la orden de subir el material porque era un material diplomático y aceptaron.
El material cinematográfico estaba compuesto por aproximadamente 86 cajas que fueron organizadas y clasificadas cuidadosamente por la cineasta chilena Nieves Zenteno mientras estaba asilada en la embajada sueca, en Santiago de Chile.
La embarcación con bandera sueca y de nombre Río de Janeiro ya con el material fílmico navegó durante cerca de 3 meses a media máquina como estrategia para consumir menos combustible, debido a la crisis del petróleo. Un viaje así usualmente tomaba 20 días. Posteriormente después en Cuba fue realizado el montaje que estuvo a cargo de Pedro Chaskel.
Este grupo de jóvenes cineastas lograron contar una parte de la historia de Chile para los tiempos futuros gracias a que un grupo de personas acometieron tareas colectivas para mantener los archivos fílmicos a salvo. Este conjunto de acciones incluso pusieron en peligro sus vidas y en varios de los casos terminarían en historias de exilio.
Uno de ellos no volvió. Jorge Müller Silva, responsable de cámara y fotografía, fue detenido y desaparecido por agentes de la dirección de inteligencia nacional (DINA) el 29 de noviembre de 1974, a la edad de 27 años. Es por ello que toda la trilogía documental fue dedicada a su memoria.
La batalla de Chile, la lucha de un pueblo sin armas es un documental chileno que da cuenta de los eventos ocurridos entre 1972 y septiembre de 1973. Es una trilogía de 3 películas: La insurrección de la burguesía, El golpe de Estado y El poder popular. Este mes se espera el estreno de su versión restaurada a 50 años de estos hechos.
Captura de pantalla del documental «La Batalla de Chile, la lucha de un pueblo sin armas» Youtube/El Porteño